Saga "El nacimiento del Averno"_FanficIII: "El regreso de la veterana"

Y esta cosa continúa. Sé que me tomé mi tiempo y tengo excusas válidas (*cof*escuelamalvada*cof*), pero lo que les importa es el fic, así que pasaremos directo a él. Las críticas, tanto buenas como malas, son bien recibidas (verdaderamente).

Por cierto, es posible que detecten algo de bashing hacia algunas personas. No es su impresión, fue totalmente intencional y no creo que aquí a nadie le moleste.

El regreso de la Veterana

A la entrada de un sol imponente sobre las copas de los árboles, en el reino de The Bad Girls sonó un cuerno. Somnolientos y bostezando, los habitantes acudieron al llamado en un claro del bosque, arrastrando los pies. Sobre un montículo de tierra, pretendiendo erguirse orgullosa, y no sobrepasando la estatura de sus súbditos más altos, Bad Lui les sonrió.

—Buenos días, pueblo—proclamó a viva voz, y su gente le respondió con los balbuceos típicos de quien aún no se despertaban del todo.

—Buenos días mi trasero—gruñó Reist, frotándose los ojos.

Sacramento, justo a su lado, se apresuró en silenciar su risa con la mano. Le provocaba cierta hilaridad cómo es que sus señoras eran tan ciegas al tedio que inspiraban en la mayoría de las personas con las que trataban. Bad Lui, por supuesto, no se dejó desanimar por la carencia de entusiasmo, de la cual seguramente ni se había percatado, y elevó su volumen para hacerse oír. Cosa que era innecesaria, porque nadie había hecho sonido alguno para opacarla, demasiado cansados para eso.

—Hoy debe ser un día de alegría para nosotros.

—¿No podría haber sido a una hora más cómoda?—espetó Harxter, a quien la modorra no le dejaba pretender su sumisión habitual ante su señora. Él tenía más razones que sus compañeros para estar agotado, puesto que se había desvelado en la organización de su nuevo plan.

La líder, así como toda crítica negativa, ignoró su protesta y Harxter, que se lo esperaba, se tapó la boca para ahogar un profundo bostezo.

—Hoy, mis queridos badgirlianos—“Qué asco de nombre”, pensó más de uno—, una veterana se ha unido a nuestra causa. Ella ha peleado antes contra los generales del Antro y ha salido victoriosa ante cada uno de sus enfrentamientos. Su poder es inmenso y a su lado no hay duda de que venceremos.

El sueño de repente pareció evaporarse en el aire. Los presentes se miraron entre sí, comprobando en sus rostros confusos que ninguno sabía lo que pasaría.

—Gente, me refiero por supuesto a nuestra gran maestra de combate y estrategias. Naomi Zuster— al anunciar esto, Bad Lui se hizo a un lado, inclinándose respetuosamente ante la mujer que se adelantó firmemente desde detrás de un árbol.


Los badgirlianos se asombraron, abriendo los ojos enormemente. Para bien o para mal, todos habían oído alguna vez acerca de la legendaria guerrera. Siendo creadora de reinos guerreros entrenados con el propósito de destruir el Antro, miembro de la realeza en el reino de la Hermandad de la Sangre, varios se sintieron intimidades por su mirada feroz y penetrante, lista a atisbar sus debilidades y usarlas en su contra sin la menor vacilación, exenta de compasión o suavidad alguna.

Portaba la armadura roja del Clan Zuster, y enderezándose mostró su lanza de oro mientras la clavaba a sus pies. Muchos contuvieron el aire al vislumbrar una delgada cadena de plata en torno a su cuello, sosteniendo un pequeño hueso. Las historias decían que ese complemento decorativo había sido parte del dedo de una guerrera del Antro y que ahora Naomi cargaba a todas partes, no como señal de superioridad o arrogancia, sino como evidencia de su lado sanguinario.

La mujer esbozó entonces una sonrisa, y todos dieron un paso hacia atrás en sus lugares, incluidas las BadGirls, provocando que una tropezara con los pies de sus clones. Naomi las miró un segundo y luego se dirigió a los demás. El brillo frenético de sus ojos era la promesa segura de que se derramaría sangre a su tiempo.

—Es bueno regresar al trabajo—comentó en voz sedosa, como el siseo de una cobra momentos antes de atacar—Mis queridos compañeros, es hora.

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A la entrada del Antro, Esmeralda interrumpió el paso, con espada en mano, de una figura escarlata que iba a paso tranquilo, como si no pudiera entrar del Antro a su entera voluntad. La cabeza estaba ligeramente inclinada hacia abajo y la capucha roja ocultaba el rostro por completo. Ante la Víbora del Antro, una guerrera del más alto nivel, detuvo sus pasos, pero no retrocedió.

—Identifícate—ordenó Esmeralda, sin poder evitar cierta extrañeza por semejante descaro.

—Me esperaba una mejor bienvenida después de tanto tiempo—dijo una voz femenina, claramente divertida, mientras elevaba un par de manos ligeramente bronceadas, para revelar una cabellera azul permanentemente alborotada.

Esmeralda bajó el arma al momento, al tiempo que sonreía.

—Siempre tienes que hacer una entrada dramática, ¿no es cierto?

—Por supuesto, mija—respondió la joven como si fuera obvio—. ¿Qué habría de divertido en no hacerlo?

Velozmente el recuerdo de un detalle borró la expresión de la Víbora.

—¿No se suponía que no volverías hasta dentro de dos semanas?

—A menos que trajera algo importante—apuntó la otra, enseriándose de repente.

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—Naomi Zuster—musitó Esfinge luego de oír las palabras se su espía Jane, reclinándose en la silla que le correspondía como cabecilla en la sala de reuniones especiales. A lo largo de la mesa ante la que se hallaba estaban ubicados los miembros más leales que había convocado por sugerencia de Jane.

La susodicha, sentada a dos asientos de distancia a su derecha, atiborrándose de deliciosos postres de badfickers hechos por la mano de Little y sus aprendices, asintió vigorosamente en dirección a su reina. Se había negado a probar cualquier cosa proveniente del territorio enemigo, viviendo de unas galletas de plagiadores que se había llevado disimuladamente, de modo que su hambre no le sorprendía a nadie y dos aprendices de la cocinera se encargaban de que ni su plato ni su copa estuvieran vacíos.

La Diosa frunció el entrecejo.

—Creía que habían cesado los conflictos con ella. Y no recuerdo haber hecho algo para provocarla de ninguna manera.

—Pues ya ves—espetó Jane, una vez hubo tragado. Su semblante lucía notablemente relajado, pero igualmente circunspecto—. Planean llevar a cabo un ataque dentro de tres días. Naomi al frente.

—Tres días—repitió la reina como para sí misma. Miró a Astarot, quien había sido el blanco más frecuente de Naomi hace mucho tiempo, y sólo había recibido una cicatriz cerca de la oreja derecha. Lo conocía como el único ántrico que había sobrevivido a una embestida directa de la guerrera.

—No tendrá misericordia—confirmó fríamente el hombre al mirarla—. Los años no habrán pasado en vano en su caso, me imagino. En esta ocasión no estará sola, contará con un ejército a sus espaldas. Necesitaremos toda la ayuda posible.

—Temía que llegáramos a esto—comentó Esfinge, luciendo de pronto cansada. Entonces se dirigió a Black Rose justo a su derecha, quien la miraba a la espera de órdenes—. Informa de esto a todos los que puedan alzar un arma y prepáralos para la batalla.

Mientras la Sanguinaria asentía, D.D. les dio una mirada sorprendida.

—¿Esto significa que ahora integraremos a todos? ¿Incluso a los novatos?

—No nos queda de otra—replicó la reina con un dejo de irritación, aunque no contra la chica—. Es una medida que tampoco me agrada. Pensé que si el asunto se mantenía entre Lizzy y yo sería capaz de manejarlo, pero si involucra a Naomi no podemos despreciar ninguna clase de asistencia. Sabemos que el aborrecimiento de esa mujer hacia este sitio es el suficiente para generar una masacre—dijo esto último en tono monocorde, recordando antiguas batallas que no quería revivir y que sin embargo vería desplegarse a sus ojos nuevamente. De pronto agitó la cabeza, como para espantar esos pensamientos desagradables—. Sé que no es justo—repuso, apretando en sus manos los apoyabrazos acolchados de su silla—. Nada en esta guerra lo es. Pero podemos considerarlo como el momento idóneo para separar a los cobardes de los verdaderos ántricos.

La reina se levantó, concluyendo de ese modo la reunión, y uno a uno sus miembros fueron abandonando la sala. Jane también se marchó, no sin antes llenar sus brazos de apetitosos pastelillos, y se despedió apresuradamente de Little cuando pasó por su lado, agradeciendo con una inclinación de cabeza la comida. La cocinera real le contestó a través de una media sonrisa, al tiempo que sus ojos parecían apagarse.

Las dos jóvenes a su lado, Rowss y Ariadna, avanzaron hacia la mesa para recoger su contenido, dirigiéndole sendas miradas de incertidumbre a su maestra. Little las observó a su vez, ampliando su sonrisa tristemente.

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Con el sol a sus espaldas, Black Rose contempló a los ántricos que se reunían frente a la plataforma sobre la cual se alzaba. La Sanguinaria percibía el insistente cuchicheo y las caras desconcertadas de los presentes, preguntándose la razón de esa convocación extraordinaria, la primera en mucho tiempo a la que fueron llamados hasta quienes no portaban un anillo señalando su rango. Se detuvo un momento en esos rostros, visiblemente atormentados por la incertidumbre, y frunció los labios en una expresión de aparente crueldad que apartó a los más cercanos sin que le importara.

Había visto a muchos de ellos en los entrenamientos y la mayoría eran la definición misma del patetismo en cuanto les ponían un arma en sus manos, temblorosas hasta tal punto que apenas las sostenían, aun con su blanco a un palmo de sus narices. Más que nerviosismo, parecía que a muchos les entraba un pánico paralizante ante la idea de salir lastimados o lastimar a alguien. A menos que interviniera un milagro desde las entrañas del cielo en el que no creía, estaba segura de que muchos acabarían mortalmente heridos. Muertos, si tenían suerte.

—Bien—empezó, poniendo las manos tras la espalda, callando efectivamente a la concurrencia—. La razón por la que han sido llamados es porque, por desgracia, nos hallamos próximos a una guerra. Una que se dará en tres días, concretamente—ignoró los respingos de asombros mientras hablaba—. Nuestro enemigo no representará un misterio para los portadores de esmeralda y rubies, pero sí para los demás, puesto que la incompetencia de nuestro contrario nos llevó a considerar que sería un desperdicio de tiempo alarmarles. Ni siquiera tuvimos confrontaciones directas, y, francamente, creímos que la obvia estupidez de sus líderes los destruiría tarde o temprano. Sin embargo, tenemos noticias de que esta posibilidad ya no existe. Naomi Zuster se ha unido a las badgirls.

Entonces hubo menos muestras audibles de sorpresa, y en cambio hubo una gran cantidad de muecas perplejas. Otros siguieron mostrando desconcierto, ya que ninguna de las dos denominaciones (badgirls y Naomi Zuster) les eran conocidas. Kohana y Candy miraron a su alrededor sin comprender.

—¿Quién es Naomi Zuster?—inquirió Candy a su amiga por lo bajo.

—Ni idea—respondió ésta—. ¿Quiénes son las badgirls?

—Unas idiotas en contra de la Diosa—aclaró y0misma cerca de ellas, molesta. Tampoco sabía quién era Naomi Zuster, lo que la irritaba era la insistencia de aquellas brutas en una pelea sin justificación.

—No me cabe duda—continuó Black Rose por sobre el bullicio, y éste cesó de inmediato— de que muchos de los presentes ignoran la identidad de Naomi Zuster o las badgirls. No se molesten en averiguarlos, no es importante. Sean conscientes sólo de que en esta guerra no habrá compasión por parte de ellas y si alguno aquí valora su cuello no la tendrán con ellas. Corten manos, lancen golpes, pateen partes nobles. Olvídense de la moderación en el momento en que se hallen en batalla o lo lamentarán. No estamos dispuestos a soportar que se derrame más sangre ántrica. Es todo—La Sanguinaria, impasible hasta lucir malvada, se encaminó al castillo tras ella, dejando miles de preguntas e inquietudes que las Víboras del Antro, D.D. y Esmeralda, se apresuraron en aplacar sin mucho éxito.

—¿Más?—murmuró Rowss temerosa, cuyo ingreso a las filas de batalla se había dado hace apenas unos pocos días.

Kohana volteó a ella al oír su duda y al instante sintió un nudo en la garganta. La aprendiza de cocinera ni siquiera se había dado cuenta de la desaparición de Kimiko-sand. ¿Eso iba a implicar esa batalla? ¿Perecer de algún modo horrible para que al final nadie los recordara?

Al poco rato Black Rose regresó junto a Astarot. Dos ayudantes venían a sus espaldas, cargando a cuestas pesadas espadas en sus vainas y grandes carcaj de cuero para flechas.

El paso de las horas pasaron veloces entre los golpes de acero y el zumbido repetitivo de las flechas siendo disparadas desde sus arcos. Y a cada movimiento esquivo que Black debía dar para evitar algún proyectil perdido o una espada lanzada por los aires Satanás sabrá cómo, más se convencía de que a muchas caras no las volvería a ver jamás. Pensaba que si Naomi Zuster o cualquiera de las BadGirls no se interponían en su camino, los terminaría matando su torpeza.

Estaban jodidos, y así se lo mencionó a Astarot.

El hombre había estado mirando al frente, ensimismado en su contemplación, por lo que cuando Black se dirigió a él pareció sorprenderse. La expresión, dicho sea de paso, no cambió en gran medida su semblante serio y generalmente inexpresivo.

—¿Qué te sucede?—inquirió la guerrera, mandándole una mirada extrañada, puesto que Astarot no solía distraerse de ese modo.

—Estaba pensando en los combatientes que llevaremos—respondió él sin mirarla—. Debo reconocer que algunos son prometedores.

—¿Es un chiste?—La Sanguinaria lo miró incrédula—. La mayoría ni siquiera puede dar en la diana en las distancias más absurdas.

—Me di cuenta—repuso el hombre en un tono que daba la impresión de agregar sin palabras “imposible no notarlo”—. Pero hay excepciones. Observa a Rowss manejar el látigo como si estuviera a voluntad de su pensamiento. A la precisión y agilidad de Sakura al utilizar las lanzas. Y esa joven, y0misma, controla bastante bien la espada, a pesar de que es una de las más pesada.

Black contempló a las muchachas que le describía y comprobó, no con poco asombro, que era verdad. Y no sólo ellas. También Ariadna parecía bailar con la espada mientras asestaba golpes certeros a un árbol frondoso. Esmeralda más allá estaba luchando cuerpo a cuerpo contra Kohana y, aunque se remarcaba la diferencia de experiencia, la menuda aprendiza resistía bien los embates. Black se dio cuenta de que había estado tan concentrada en los nefastos principiantes que no se había percatado de ellas. Sintió su pecho alivianarse de puro alivio y, cuando se percató de la mirada de Astarot puesta en ella, lanzó un bufido de irritación, pretendidamente insatisfecha.

El hombre no habló de nuevo y regresó la vista hacia el inmenso campo ante sí. A pesar de lo impresionante que era ver las habilidades de muchos ántricos novatos, no fue a ellos a los que devolvió su atención.

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¿Comentarios, opiniones?

Próximo capítulo: "La Hermandad de la Sangre". Ya tengo gran parte escrito, sólo me falta pasarlo a la computadora.

Me gustó Candy, me gustó mucho.

Me es extraño leer esta historia relatada de manera "seria", pero leí todo lo que llevas y debo decirte que la manera que tienes de narrar, me atrapa.

Spoiler:

Te perdono el retraso (?) por tan buen capítulo.

Me encanta. Tu forma de narrar estas situaciones tan...ag es tan...ag. En serio, es agradable, fácil y hasta divertido. Tal vez sea intriga.

Apúrate con el siguiente cap y no nos dejes con las ansias tanto tiempo.

Excelente Candy-sama... has logrado que me quede picada con tu historia.

Y yo me perdi de tremenda historia! Como no se me ocurrio revisar antes, joder!

Oye Candy mosha, revelame algo: quien es Naomi Zuster? Solo hay 4 candidatas del clan que tuvieron problemas con Astarot.

De todos modos, no me esperaba que incluyeses nuestra humilde hermandad... estare pendiente a ver que mas subes, jejeje!

Excelente fic Candy, pense que ya no lo continuabas ;-;

Spoiler:

Recuerden que dije que para esta cosa iba a usar hechos que en verdad pasaron. ¿Cuál era la Zuster a la que la StupidGirls llamaban maestra y la única que se unió (independientemente de las razones que hayan sido) a ellas públicamente? Le cambié el nombre para no molestar a ninguna de sus hermanas o a ella misma; éste no tiene razones particulares de ser, salvo que me gustaba mucho y deseaba usarlo en algún lado.

Ah ok Candy, entendemos.

Eso imaginé Candy mosha, pero descuida mas bien no me molesta que la incluyas en tu historia (y te lo dice una de las mas cercanas a Vergana mosha) incluso más bien creo que a ella le gustara leerte, y lo digo en serio.

Sería interesante leer lo que ella diría respecto a la historia. De todas formas, seguiré usando el nombre de Naomi, ya le tomé cariño XD.

Candy, eres genial. Esto es un fic de verdad. ¡Y amo mi papel! Es tan... yo.

Spoiler:

OT

Spoiler:

OT

Spoiler:

Muy bueno, Candy. Me encanta cómo escribes. Aunque yo salgo un poco seria y... ¿sosa?

Concédele el minuto romance a Blacky con quien sea, la pobre está un pelín desesperada.

¡Y no tardes tanto con el siguiente!

Es verdad, Candy, cariño, dale un gustito a tu compañera de blog.

Espero la continuación con impaciencia.

Wow que gran fic, me encanta como escribes, nunca había leido una historia tuya, pero esta me gustó mucho.

¿un poco urgida? (chiste personal).

Espero que ya tengas la siguiente parte. n.n

Es verdad, Candy, cariño, dale un gustito a tu compañera de blog. Very Happy

Lo consideraré cuando actualices el susodicho blog, señorita "mi artículo está juntando telarañas"

La actualización tendrá que esperar, me temo. Asuntos de seguridad nacional y esas cosas.